Crónica del duatlón del circuito del Jarama “Gran premio Fangio” 01/02/2015. Carlos Vélez Fernández.
Con un poco de fresquito y viento me disponía a afrontar la primera prueba del año. Un duatlón con unas distancias un poco más largas de lo que a mí me gustan 7,2 – 23,1 – 3,6 y sin drafting, por cierto, la primera prueba sin drafting en la que iba a competir. Ese día no iba al circuito como en otras ocasiones a ver carreras de coches, era yo el que iba a rodar sobre el asfalto aunque fuera sobre mi bici.
Tras aparcar en el recinto del circuito y bajarme del coche siento que el frío en esta zona de Madrid era mucho peor que el que hacía en Getafe. La idea inicial de correr solo con la camiseta térmica debajo del tritraje fue modificada por añadir los guantes y unas perneras térmicas y una vez que me enfundé toda esta ropa pensé, “mucho mejor, donde va a parar”.
Voy encontrándome con los compañeros del club Lasala de camino a la zona de recogida de dorsales, poco a poco nos vamos juntanto todos los miembros del equipo, dejamos las bicis en los box y después, mientras calentamos, pues nos vamos poniendo al día de nuestras cosas.
Empieza la prueba con unos minutos de retraso ya que la organización nos explica los recorridos y las vueltas que tenemos que dar en cada sector.
Comienza la prueba, empiezo corriendo con Jesús, me lleva un poco rapidito para lo que son mis tiempos, tras el primer kilómetro (calculo yo) me dice que vamos a un ritmo de 4 y treintaynosecuantos el km. ¡Así voy yo! ¡Con el gancho!, muy rápido he empezado. Unos metros después le digo que tire a su ritmo que yo ya no voy a poder seguirle. El primer tramo de carrera lo paso como siempre, perdiendo más posiciones que otra cosa. Por fin termino este primer sector con un ritmo aceptable para lo que soy yo y me dispongo a coger la bici, sin antes hacer una magnífica transición con un tirón en los abdominales mientras me estoy cambiando la primera zapatilla que me obligan a estirarme un poco antes de ponerme la segunda, unos segundos de oro que me alejaban del pódium.
Con la bicicleta, todo cambia, y aunque siempre voy guardando algo no dejo de adelantar posiciones, aunque alguna pasada que otra también me dan a mí ya que el nivel de los competidores es un poco mayor del que estoy acostumbrado a ver, mucha cabra y mucho casco aero, no hay tanto corredor popular como en otras pruebas en las que he competido. El tramo de bicicleta por el circuito de velocidad se hace muy divertido y efectivamente no vi a ningún corredor hacer drafting. Un trazado rompepiernas en el que justamente daba el viento en contra en las rampas de subida. Tras las seis vueltas entro por la calle de boxes y cuando iba al lugar donde debía dejar mi bicicleta me dicen que por ahí no puedo ir, que tengo que ir entre las barras, joder que mi puesto no está entre las barras, está al borde, pero no es momento de discusiones, asique doy media vuelta y entre las barras que voy. Hago una segunda transición agachado debajo de la barra ya que tengo las zapatillas de correr al otro lado, otros segundos de oro que ya sí que me alejaban casi definitivamente de las medallas.
Empiezo el segundo tramo de carrera con mucha precaución para evitar problemas con los gemelos, pero aunque voy muy despacio al estilo “Chiquito” empiezo a tener calambres en el gemelo derecho. Hago una parada para masajearme un poco el gemelo y reanudo la carrera con un ritmo muy prudente, el cual no evita que se me termine subiendo el gemelo 50 metros después. Pienso “Joder, esto lo tengo que terminar como sea, aunque sea a gatas”, paro otra vez, hago unos estiramientos y me vuelvo a masajear el gemelo. Parece que ahora la cosa va bien, las molestias desaparecen y puedo volver a poner mi ritmo infernal hasta mi entrada triunfal en la meta. Al final puesto 203 con un tiempo de 1:43:34, objetivo cumplido.
Primo....estás hecho un máquinon!!!
ResponderEliminar